domingo, 8 de febrero de 2015

Fin de semana con Estrella

En previsión de que Lucas pueda adelantarse nos hemos cogido el fin de semana para nosotros. Paz, con los benditos abuelos. Nosotros, a disfrutar de dos días de adultos. Aprovechados están, como si no fuésemos a tener más.

Teníamos una SmartBox a punto de caducar de las de noche en casa rural con una comida y desayuno incluidos. Nos decantamos, por El Tejarejo, gran acierto. Fantástica localización, entre la Sierra de Gredos y el valle del Tietar en una finca llena de árboles y con una decoración muy curiosa.

pequeños detalles como este por toda la finca
El sábado disfrutamos de un tranquilo paseo por un camino junto al arroyo. Acompañados sólo por los cencerros de las numerosas vacas y por algún que otro pajarillo. Llegamos a unos árboles caídos y nos sentamos a escuchar el silencio.

Siempre me ha impactado la paz que se siente en la naturaleza, como contraste a los ruidos de nuestro día a día en la ciudad. Ahora, con una enana de tres años, la sensación de tranquilidad fue aún mayor. Sentarnos, cerrar los ojos y escuchar el correr del agua, cencerros muy a lo lejos, y nada más. Hasta el viento nos respetó.

Os dejo 60 segundos de tranquilidad. Usadlos cuando os hagan falta.


Segundo gran momento del sábado. Leer junto a la chimenea con nuestros zumos de tomate. Los dos solos, con todo el salón para nosotros. Aproveché y me leí el libro que recomendó Inés en su entrada del sábado pasado. Los cuatro acuerdos, del Dr. Miguel Ruiz.

Muy interesante, se lee en una tarde pero te puede ayudar toda una vida. Yo me he puesto con los acuerdos desde ayer mismo. Ya os iré contando qué tal.

Y la mejor decisión de la tarde. Llamar a El Bohío por si sonaba la flauta y tenían mesa libre para el domingo. Pero que muy bien que ha sonado. Hacía tiempo que quería que me sorprendiesen en un restaurante con algo nuevo y hoy me lo he pasado como un niño.

La sala, estupenda, amplia y muy luminosa. Todo el personal, bárbaro, siempre atentos y sobretodo, se les veía sonriendo entre ellos. Se notaba muy buen rollo. Y por supuesto, la comida. El menú degustación, dos horas y media disfrutando.

El mejor plato, fideos con costilla. No tenía las texturas sorprendentes, ni los colores de otros, pero el sabor, sublime. Un plato sencillo, con una ejecución extraordinaria.

algunos de los fabulosos manjares en El Bohío

Han pasado muchas más cosas felices durante la semana, como siempre en torno a Paz, Inés, correr, jugar, comer, aprender alemán, el trabajo... Sigo atento todos los días para no perderme ni un minuto de mi día a día, pero no he conseguido organizarme para escribir en el blog. Veremos la semana que viene, seguro que mejor.

Mañana, a buscar más momentos felices.

lunes, 2 de febrero de 2015

Los macarrones de la abuela

Domingo, día de recetas de la abuela. Hoy, además de hacer los macarrones, he abierto un grupo de WhatsApp familiar. A ver si alguien más se anima a cocinar y luego vemos a quién le salen mejor.

Dejo aquí la receta de los macarrones para que no se nos pierda. A tener en cuenta, la abuela no pesa nada, ni especifica tiempos por supuesto. Después de unos cuantos intentos esta es mi mejor aproximación.

los macarrones de la abuela

Macarrones al horno.

Ingredientes para una familia con hambre.

  • Medio kilo de macarrones
  • Una cebolla
  • Chorizo al gusto
  • 3 latas de atún en escabeche (de las pequeñitas)
  • 2 latas de tomate Hida
  • Media pastilla de caldo de verduras
  • Pan rallado
  • Queso rallado
  • Mayonesa casera (2 huevos, zumo de un limón y 800grs de aceite)
Empezamos calentando agua e hirviendo los macarrones a fuego fuerte.

Mientras tanto, cortar el chorizo en lonchas y pasarlo por la sartén. Retirar y en el aceitillo que sueltan freír la cebolla picada muy finita. Cuando esté bien pochada añadir el tomate y el chorizo. Incorporar la media pastilla de caldo (sustituye a la sal que podría necesitar la cebolla).

Hacer la mayonesa. Yo lo hago con la Thermomix que queda de vicio. Importante, mínimo de dos huevos grandes y dejarla bastante espesa. Más importante aún, no usar de bote. En el horno se queman y no queda igual.

Escurrir los macarrones y juntarlos con el sofrito de tomate.

En una fuente de horno, preferiblemente de barro, hacer una cama con la mitad de los macarrones. Poner por encima el atún bien escurrido. Tampoco lo sequéis a saco, pero que no tenga mucho líquido. Cubrir con el resto de los macarrones.

Mezclar el pan rallado con el queso rallado. Cantidad a ojo, tiene que dar para cubrir bien toda la fuente. Por último, cubrirlo todo con una capa generosa de mayonesa.

El objetivo del pan rallado con el queso es crear una costra para que no se cuele la mayonesa. Si veis que no tenéis suficiente, mezclar más y añadir. Si la mayonesa se filtra es una cagada monumental.

Al horno, entre 45 minutos y una hora a temperatura media. Yo lo he puesto a unos 160 grados 50 minutos en la bandeja del medio, pero cada horno es un mundo. La mayonesa tiene que ir tostándose. Si al final queréis hacer más costra, subir y poner un poco el grill.

Resultado hoy, mis mejores macarrones de siempre. Olía toda la casa como debe de ser y estaban jugosos como los de la abuela. A mejorar, la costra, que tenía que haber quedado un poco más durita.

Mañana, a buscar más momentos felices.