viernes, 9 de enero de 2015

- ¿Sabes una cosa Papi?

- ¿Sabes una cosa Papi?
- ¿Qué?
- Que eres el mejor papá del mundo mundial.

Y aquí podría acabar el post de hoy.

Pero por otro lado, no sólo de un gran momento se hace un día redondo. Lo que llevo aprendido estos días es que es más importante sumar, buscar, muchos pequeños, que no uno sólo muy grande.

Lo dice mucho mejor que yo Dan Gilbert en este vídeo legendario de Ted Talks. Y si mal no recuerdo también John Gray en su libro "Los hombres son de marte, las mujeres son de Venus". John hablaba de que las mujeres valoran todos los detalles por igual (1 punto) mientras que los hombres esperaban que un gran viaje valiese como 20 pequeños detallitos. Cada vez creo más que las venusianas tienen razón, al menos en esto.

El día ha comenzado encaminándose al desastre con un atascazo de escándalo para cruzar una rotonda de camino al colegio. Pero me he sorprendido a mí mismo aguantando más de media hora cantando con Paz, poniéndonos las gafas de sol y riéndonos tranquilamente. Al final hemos llegado 20 minutos tarde, pero sin una pizca de estrés.

De verdad que esto de buscar momentos felices funciona.

En el trabajo tocaba momento agridulce. La despedida de mi amiga Ángela. Porque sé que la voy a echar un montón de menos he querido pasar un buen rato con ella. Y al final de la despedida la he pillado y hemos tenido nuestra última gran charla relajada... ¡última en Coca-Cola claro!.

Y la tarde ha sido completa para Paz. Nos hemos acercado en metra hasta Callao y Sol para ver tooooooodas las "estatuas". Siempre que pasamos le encantan pero nunca podemos verlas con calma porque vamos de camino a algún lado. Se lo ha pasado bomba.

las estatuas de la Puerta del Sol y ¡MINNIE!


Claro, de paso hemos saludado a Luz, la gata que lleveban los de al lado en el metro al veterinario, le han cantado una canción un par de negros super simpáticos, le ha regalado un globo un Mickey Mouse, hemos visto al ratón de Jack Saparrow, a Michael Jackson bailando, ha jugado a las cunas en el edificio de Telefónica... un no parar.




Toda la tarde por y para ella. A su ritmo, Sin prisas. Sin agobios. Sin horario. Y claro, cuando estábamos llegando a casa y me suelta lo de "¿Sabes una cosa Papi?"...

Mañana, a buscar más momentos felices.

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